24 de noviembre de 2011

Ella sostenía las palabras y su resonancia. Noche, lluvia, estrellas apagadas, sueños rotos...No había nada más que decir, tampoco historias que contar: lo que un día llego a aquí hoy ya no está. Nunca se habría imaginado que la luna estuviera tan lejos. Aunque eso en este caso no importaba, tan sólo tenía un mínimo de importancia porque su "corazón" se sentía como clavado en la misma punta, de ella, de la luna. Acababa de descubrir que toda la esperanza, la grande esperanza, la fanática esperanza, la mítica esperanza se había marchado. Aún no sabe cómo continuar su camino, está casi rendida; aún no sabe cómo vivir, solo está improvisando...

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